Pónme como un sello sobre tu corazón, y como señal sobre tu brazo». …Cantáres 8
Justo antes de terminar el 2016 recibí una hermosa ilustración con un inspirador mensaje. El mismo decía más o menos lo siguiente: «Es un nuevo año. Una página en blanco espera para ser llenada».
Un nuevo año podría significar muchas cosas: nueva estación, nuevo tiempo, nuevas resoluciones, nuevos desafíos, nuevos proyectos, nuevas encomiendas….ilusiones, deseos, planes, sueños, metas….esperanza!! Pero, un nuevo año también conlleva o podría conllevar tristezas y desilusión.
Normalmente, en mi caso, suelo y prefiero comenzar el mismo orando y buscando dirección de mi Abba (Papito Dios). Repaso mi acciones y experiencias vividas. A veces peleo conmigo y también con Él….. Él es mi Papá. El me entiende….(En realidad,»acá entre nos», peleo porque me siento triste y desilucionada de mí). Le pido perdón por aquello que me comprometí a hacer y no hice. Por las cosas en las cuales «no dí la talla»….
Me imagino que, como la gran mayoría de los padres y las madres, Él tambien tiene su cinta métrica y «marca en la pared» las pulgadas de crecimiento de todos sus hijos e hijas. Analizo que igual que pasa con nuestros(as) hijos(as); hay épocas en que crecemos más y otras menos y a veces se estanca el crecimiento.. El que ellos (as) no crezcan o crezcan menos no delimita nuestro amor. Pienso que lo mismo pasa con Él y eso dibuja una leve sonrisa en mi cara. Después de todo, Su amor no depende de cuántas pulgadas hayamos o no crecido. ¡ El nos ama y punto !
En medio de esa reflexión, a veces lloro. (Sí, soy bastante llorona). Veo mi fragilidad humana; cuán pequeña, vulnerable y débil puedo ser sin Él. Sin tenerlo o sentirlo a mi lado. Entonces, viene el Espiritu Santo en mi rescate. Me trae a memoria que la tristeza de «auto-descubrirme» solo debe tener un fin sano: llevarme nuevamente a caer rendida a sus pies. O que mejor aún, que corra y me esconda entre «sus faldas».
Esa es y debe ser nuestra misión diaria como hijas: Rendirnos. Humillarnos a sus pies; para que como la mujer del flujo de sangre, alcancemos misericordia y nuestro corazón de hija se llene nuevamente de su tierno amor. Cuando somos débiles ante Él, entonces somos más fuertes. La Palabra dice en el libro de Lamentaciones: «sus misericordias son nuevas cada mañana» (cáp.3:23). Por eso recurro a sus misericordias y le digo a mi alma: «Alma, si son nuevas, son nuevas. No hay nada más que decir, discutir o argumentar ! …Él es Soberano y en su soberanía decidió amarme tal como soy y renovar sus misericordias para conmigo.»
En ese momento tengo que recorrer nuevamente el camino de perdonarme. De perdonarme por los errores que cometí, los cuáles ya no puedo enmedar. Perdonarme por lo que pude haber hecho y no hice. Por las promesas que me incumplí a mi misma o a otras personas. Por tantas o tan pocas cosas, solo Él lo sabe. Mi mente finita no me permite ver más allá de mis limitaciones espirituales, mentales y emocionales. No me permite ver más allá de mis paradigmas.
En medio de ese proceso, el Santo Consolador vuelve a envolverme en sus alas de amor incomparable. Me susurra al oído con voz inconfundible y suave: «Con amor eterno te he amado, por tanto te sigo con fidelidad»…(Jer. 31:3). Abba me sigue, va trás de mis pasos. Me vigila cuidadosamente. ¡Me busca y ama celosamente! ….
¡ Y recobro la esperanza! La esperanza de ser amada incondicionalmente, como NADIE nunca me amará. ¡ Sólo Él es capaz de un amor así! Él Me ama. Y Su Hijo me amó hasta lo sumo…¡ Hasta la muerte !
Por tanto, NO me queda otra salida. Vuelvo a aceptar ese amor incomprensible, que a veces no logro entender. Amor sin medida (aunque no haya logrado la estatura). . Amor incondicional. Amor eternal. «Amor que no podrán apagar las muchas aguas ni los ríos podrán anegar» (Cantáres 8:7)…. Me seco las lágrimas. Y como agradecimiento decido pasar las páginas escritas en mi diario del año 2016…Páginas escritas con borrones, tachones, errores ortográficos, de sintaxis o gramaticales. Muchos errores…..Decido cerrarlo y no volverlo a mirar.
Entonces, recuerdo que también éste nuevo año dispongo de una página en blanco. Página que Él, por su gran amor, fidelidad y misericordia me otorga. Página que Él espera sea llenada sin miedo, con la confianza de una hija que conoce a su Padre. Un Padre que no se dará por vencido hasta que sus deseos, ahnelos y sueños de Padre que es bueno como ninguno, sean cumplidos en mí, porque: «Aquél que comenzó la buena obra, la terminará » (Fil.1:6).
Lleno mi página con deseos, nuevos retos, nuevas metas…. ¡con esperanza! Tal vez las nuevas metas, deseos, ahnelos de mi corazón no sean tan nuevos, pero Él renovará mi mente, así como renovará mi alma. Estoy rendida: ¡ «Su bandera sobre mi fue amor» !(Cantáres 2:4).. …y me dejo llevar….
Ahora, luego de esta confesión me atrevo a preguntarte: ¿ Cómo empezarás tu año? ¿Seguirás re- leyendo tu viejo diario? ¿ Seguirás escribiendo en páginas viejas?..¿ O empezarás con esa nueva hoja en blanco, que Él tiene disponible para tí ? ¿Le darás la oportunidad de re-escribir tu historia? ¿Te rendirás a Su gran amor? ¿Te dejarás llevar?
«No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a la luz; ¿ no la conoceréis ?. Otra vez, abriré caminos en el desierto y ríos en la soledad.» ( Isaías 43:18-19, Biblia RV 1960)
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